23-24 Oct. 2026
Vilanova i la Geltrú - Barcelona

Hay rituales universales en la profesión creativa: que el brief llegue tarde, que el archivo pese 11 GB “sin saber por qué”… y que, después de mandar un presupuesto, el cliente desaparezca como si hubiera entrado en modo avión emocional.
El famoso —y odioso— ghosting profesional.

Pero tranqui, que no estás solo. Y aunque no podemos evitar que ciertos clientes vivan en el limbo, sí podemos actuar para no quedarnos mirando la bandeja de entrada como quien espera una noticia que nunca va a llegar.

Aquí van tres trucos reales y aplicables para reducir drásticamente el ghosting post-presupuesto.

 

Tip 1: No envíes solo un presupuesto: envía contexto, claridad y dirección

Enviar un PDF con números y un “cualquier duda, me dices” es como mandar un currículum sin carta de presentación: técnicamente funciona, emocionalmente NO.

Cuando envías un presupuesto, añade siempre:

  • Un mini resumen de lo que has entendido del proyecto. Esto hace que el cliente piense: “Ah, vale, me ha escuchado de verdad”.
  • Una explicación de tu enfoque. Que vea tu cabeza trabajar. Que note tu valor.
  • Qué incluye y qué NO incluye (porque si no, lo incluirán ellos mentalmente… y gratis).
  • Próximos pasos claramente definidos.

Ejemplo killer:

“Si te encaja el presupuesto, el siguiente paso sería agendar una llamada de 20 minutos para afinar timings. Si no encaja, dímelo y lo reajustamos juntos.”

¿Ves? Lo dejas fácil, amable y abierto.
La claridad reduce el ghosting un 63%.
(Nos lo acabamos de inventar, pero debería ser un estudio real.)

 

Tip 2: Pon fecha de validez —y dilo con elegancia, no con amenaza

Una frase mágica:

“Este presupuesto es válido durante 10 días.”

No es presión. No es urgencia artificial. Es profesionalidad.
Y, sobre todo, evita que el cliente desaparezca tres meses y vuelva diciendo: “¿Lo podemos dejar al mismo precio? Es que ahora sí podemos empezar”.

  • La fecha límite:
  • Aporta seriedad
  • Genera movimiento
  • Reduce la incertidumbre
  • Te da permiso para hacer seguimiento sin parecer necesitada

 

Tip 3: El seguimiento bonito (no el desesperado)

El seguimiento es parte del trabajo. Y sí, hay forma de hacerlo sin parecer un pop-up de antivirus del 2004.

La clave está en el tono:

Pasados 3–4 días:
“¿Qué tal? Solo quería saber si has podido revisar el presupuesto. Si necesitas ajustar algo, lo vemos sin problema.”

Pasada una semana:
“¿Seguimos adelante o prefieres que cierre este proyecto en mi planificación? Así organizo bien tiempos y entregas.”

Mensaje final, si no hay respuesta:
“Como no he recibido noticias, cierro el presupuesto por ahora. Si más adelante quieres retomarlo, aquí estaré.”

Con esto comunicas profesionalidad, autoestima y límites.
Y te libras del maldito limbo mental.

 

¿Por qué te gosthean?

Porque no saben qué hacer, qué decir o qué esperar.
No suele ser mala fe: es caos empresarial, falta de comunicación o miedo a decir “no”.

Por eso tu misión es:

  • Dar claridad
  • Poner límites
  • Conducir la conversación
  • Hacer seguimiento sin vergüenza

Porque la falta de respuesta no es un reflejo de tu talento.
A veces simplemente es un cliente con la bandeja llena y el cerebro ocupado con mil cosas.

Y recuerda:
Un “no” es respeto.
El silencio, no.

Foresta.Cloud

Sobre el autor/a

Redacción Blanc!

“No trates de doblar la cuchara. Es imposible. En lugar de hacerlo, solo intenta darte cuenta de la verdad… No hay cuchara. Entonces, verás que no es la cuchara lo que se dobla, te doblas tú”

Web

Partners in crime

Con el push de

Voces aliadas

Nuestros techis

Printers

Amigos de la causa

Mercat d'Autor