19—21 Oct. 2023
Vilanova i la Geltrú - Barcelona

En uno de nuestros Tête à Tête vía Instagram, como el que ya hicimos con Josep Maria Mir o Mario Eskenazi, hablamos con el artista, diseñador, ilustrador o simplemente dibujante, Javier Mariscal.

Si teníamos un guión con nuestras preguntas bien listadas y preparadas, estas se han perdido en la infinita imaginativa de Javier Mariscal. Y es que quizás ahí es donde reside su particular forma de ser como artista y diseñador, la de (re)interpretar a su manera una realidad que para muchos ya viene establecida. Para Chavi (así lo llaman sus amigos) una pregunta no es “una pregunta”, sino una puerta hacia lo inesperado, lo impredecible. Y abriendo estas puertas estaba Mireia Domènech, nuestra responsable de comunicación y content manager de Blanc!

 

 

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¿Qué es un diseñador para Javier Mariscal?

El diseñador es un comunicador visual, alguien que trabaja con puntos, tipografía, rayas… Un lenguaje gráfico que se ha ido desarrollando desde el Homo sapiens hasta ahora. Al principio quizás eran silbidos, historias musicales, gestos o símbolos. Eran rayas, cruces, flechas… nuestros ancestros descubrieron que podían comunicar gráficamente.

Es algo que ya nos viene en el adn. Si a un niño le dibujas un perro con cuatro rayas, y le dices “miau”, el niño te dice: “no es un gato, es un perro!”. Solo en este sencillo experimento, hay una multiplicidad de formas de comunicación que no fueron aprendidos, ya nos viene de serie.

Conozco a gente que son muy felices diseñando tipografías toda su vida. Un gran amigo mío de Holanda es ilustrador, trabaja con la misma mesa, mismos personajes, misma imprenta, y siempre el mismo tipo de ilustración. Otros hacen esculturas, alfombras, oficinas… y otros hacen siempre un tipo de diseño muy pautado, casi vintage, siempre las mismas rayitas, los mismos puntitos, todo muy controlado, cuadriculado, como si tuvieran un excel en su cabeza. Otros son más desastre, lo rompen todo… son mas disruptivos.

 

 

¿Existe el estilo “Mariscal”?

Yo nací estropeado, con muchas carencias. A los 50 años me enteré que era disléxico. Ya naces así, tu cerebro piensa de otra manera y todo lo que es aprendizaje, como leer, escribir, las letras, la ortografía, el orden, el aprender una metodología, se me hacía muy complicado. No puedes con ello, te resbala y te cuesta muchísimo. Pero ves que a la mayoría de la gente no les cuesta nada, y al contrario que a mí, estos sistemas les ayudaban a pensar y desarrollar sus ideas.

Todos mis hermanos se burlaban de mí porque me costaba mucho leer, por eso siempre me gustó dibujar.

Nunca he buscado un estilo, de hecho siempre me costó admitir que mi profesión es la de dibujante. Nunca he querido clasificarme, simplemente hago lo que me gusta y ya está.

 

¿Y si tuvieras que clasificarte, dirías que eres más ilustrador, o más diseñador?

Me considero dibujante, pero a la vez no me considero nada. Toda mi vida me han pagado por divertirme, por hacer lo que me gusta, que es dibujar. Muchas veces me han pagado mucho, y otras tantas casi nada. Vives muy bien, te pagan por hacer lo que te divierte, ¡es una suerte! Y gracias a nuestro trabajo como comunicadores, ves que lo que tú haces aporta algo a la sociedad. Ayudamos a las personas.

 

¿Tienes alguna rutina de trabajo?

Cuando acabé la escuela me prometí a mí mismo que nunca más en la vida volvería a hacer matemáticas un lunes a las 9 de la mañana. No puedo con las rutinas. Hay días que me levanto muy temprano y otros más tarde. Otros días dibujo todo el día, y otros días me quedo hasta altas horas de la noche.

 

¿Cómo alimentas la creatividad?

Hay días en que me levanto, empiezo a dibujar, y en un momento dado me doy cuenta de que no he desayunado todavía. Otras veces se hace de noche, y a las 2 de la madrugada me doy cuenta que no he cenado. Muchas veces me olvido de alimentarme, por lo que por qué me voy a parar a pensar en alimentar la creatividad, eso es una gilipollez. La personas tienen una concepción muy diferente de la creatividad, para mí la creatividad es como respirar, todos los humanos nacemos creativos. Mira los niños, ya nacen así, ¡hasta los taxistas son creativos!

 

Trueba y Mariscal

 

¿En qué está trabajando ahora Javier Mariscal?

He tenido la suerte de que me ha entrado un proyecto con Fernando Trueba, un gran amigo mío. Una película documental sobre algo que le paso a él, filmada en Río de Janeiro. A Fernando le gusta mucho ir de compras a las pequeñas tiendas de discos. Y le pasó que estando en Brasil, entró a una de estas tiendas, y escuchando un disco de jazz brasileño de los años sesenta que le gustó muchísimo, reparó en el sonido de un piano que pensaba que era de un pianista que él conocía muy bien. Sin embargo, al leer los créditos, se sorprendió al ver que era un músico que no conocía de nada. Se trataba del pianista brasileño de samba-jazz Francisco Tenório Cerqueira Júnior, más conocido como Tenório Jr, asesinado en Argentina durante la Operación Cóndor.

Le preguntó al dependiente si tenía más discos donde participase ese pianista, y le comentó que era lo único que había, algo que extrañó mucho a Fernando, dado el considerable relieve artístico del pianista. Así que empezó a indagar y logró dar con su mujer, con la que pudo saber más sobre el artista. De ahí nació la idea de rodar un documental.

Cuando ya tenía todo el material, se dio cuenta que necesitaría actores para poder realizarlo. Pero un documental con actores es poco creíble, así que contactó conmigo para hacer un documental animado sobre la vida de Tenorio Jr. a partir de la base real de las voces de los entrevistados. Una historia que abarca desde los 60’ hasta los cercanos 2000.

Estoy contento con este proyecto porque es un trabajo muy artesanal, de creación de fondos, de personajes, algunos muy realistas, que es lo que pide la película, creando códigos de colores y de cómo se interpretan estos en las diferentes fases de la vida del artista.

Y por eso, una de las cosas que agradezco de internet, es esa capacidad de poder aportar una ingente cantidad de información sobre un artista, una ciudad, un momento histórico, un país o una sociedad. Que te permite sumergirte en el personaje y su contexto.

 

500 años ciudad de la Havana

 

Es como el libro de los 500 años de la ciudad de La Havana. Me documenté mucho sobre cómo era la época, quiénes iban en los barcos que desembarcaban en la isla, qué comían, cómo era la travesía hasta que llegó el barco a vapor.

El primer día que llegas a La Havana ves como unas cicatrices de cómo fue el curso de la historia. Lo mismo pasa en Barcelona, como la ciudad desde los tiempos de los romanos ha querido ganarle terreno al mar. Sobre todo lo que me gusta es darme cuenta de estas cosas.

Proyectos de este tipo despiertan la curiosidad. Si en esto de comunicar uno no es curioso, entonces que se dedique a otra cosa. De hecho uno debería ser curioso se dedique a lo que se dedique. Todo es intuitivo, no hay un método… Siempre cuento que en el colegio nos hacían “reflexionar” y yo me quedaba dormido… no sé reflexionar.

Miquel Barceló, cada vez que termina un cuadro, tarda más en reflexionar y en intentar ver qué le ha llevado a hacer esa pieza, más que en la ejecución misma de la obra.

 

¿Cómo es la relación de Javier Mariscal con el cliente?

Son gente que tienen un problema que te ponen sobre la mesa, y tu tienes que solucionar. Tienes que entender lo que realmente necesitan, lo que muchas veces me hace preguntarme si soy yo la persona adecuada para solucionar ese problema de comunicación.

Como tengo una manera de hacer diferente, ya vienen buscando algo muy concreto. Ya saben cómo trabajo, y qué pueden esperar de mí. Es como un amigo… alguien muy “bonico” que además ¡te va a pagar! Y gracias a eso vas a poder comprar tus alimentos, pagar tu casa, los estudios de tus hijos…

Tienes esta responsabilidad para con ellos, piensas que gracias a estos clientes puedes desarrollar y participar en proyectos que están muy bien. Me encanta irme a dormir pensando en que hoy he ayudado a alguien. En esta profesión ayudamos a que el mundo sea mejor. Imagínate que ahora quitan a todos lo grafistas, la gente no sabría cómo llegar al aeropuerto, se perderían, ¡no se enterarían de nada!

 

Cuéntanos más sobre proyectos en los que has participado y de los que te sientes orgulloso

La verdad es que no lo sé. He participado en muchos proyectos, como dije vivo muy al día, no sabría responder… Lo de los libros, quizás, es algo que me apasiona.

Los Angeles, Libro + Lámina

Antes recibías la revista El Víbora y te ponías a llorar de la mala calidad de la impresión. La imprimían en horario nocturno, con el peor papel y sin mirar las calidades. Ahora todo es mucho más digno y fidedigno que antes.

Yo trabajo ahora imprimiendo en papel de algodón William Turner, con una impresora de ¡18 tintas! logrando una calidad perfecta, sin ningún problema, y ademas muy barato. Porque ahora no hay procesos intermedios. Lo que haces en el ordenador va directo a la impresión, y puedes tener un original perfecto.

 

 

Cuando tuvieron que hacer el programa de El Intermedio desde casa, El Gran Wyoming me llamó y me dijo que ya era hora de que le hiciera aquella obra que le había prometido, necesitaba uno en gran formato para las transmisiones en vivo desde su casa. Antes hubiera tenido que hacer la pieza, envolverla, llamar un mensajero, enviarla… y además al tamaño que tenía que ser ¡hubiera sido carísimo! Ahora lo único que tuve que hacer es enviar el archivo por email a la imprenta de Madrid encargada de la producción. ¡Esto es un chollo! ¡Qué pasen estas cosas!
En mi primer proyecto para The New Yorker, les envié el original por mensajería y tardaba una eternidad en llegar. Ahora lo adjuntas en un correo y PSHHHH, se envía y al instante tienes un “Right!” en el correo.

El que inventó eso, lo del PSHHHH, el sonido del avión de cuando envías un email, ¡hay que hacerle un monumento! Antiguamente había que ir a comprar el sello, pegarlo, llamar al mensajero, enviarlo por tren, avión o barco, y les llegaba después de dos o tres meses. Y ahora lo envías ¡y enseguida te contestan!

 

Respecto a esto, has vivido el paso de lo analógico a lo digital, y ya se ven los pros de lo digital en lo que nos cuentas…

Tuve la suerte de que ya en el primer estudio en el 88, ya empezábamos a utilizar ordenadores. Era la edad de piedra, y todo era muy lento… y ahora la cosa va mejor. El ordenador es una herramienta maravillosa, que te evita tener que pasar por todos esos procesos que había antes.

Además ves gente muy joven haciendo cosas maravillosas, con Photoshop o Illustrator, de una calidad espectacular. ¡Eso es muy chulo! O cómo la gente normal puede acceder a estas herramientas, pudiendo imprimir rápidamente un cartelito de “vuelvo en 5 minutos” con una tipografía y una composición correctas. Antes ese mismo cartel lo escribían con boli o rotulador.

El trabajo de un niño de 14 años de hoy en día, de esos que entrega para el colegio, están al mismo nivel técnico que el de un director de arte de los años 60’. Vamos a mejor, las nuevas generaciones son más listas, más enrollados, más monos…

 

¿Siempre positivo?

Soy una persona muy optimista, una vez se lo dije a Zapatero, él siempre decía que es una persona muy optimista, y yo le dije que era más optimista que él. Somos unos enchufados por vivir aquí en Barcelona, y esta parte del mundo. Abres el grifo y sale agua que no está contaminada, giras a la derecha y sale agua fría, giras a la izquierda y sale agua caliente. Sale el sol casi todos los días, los pajaritos te saludan, la gente es super educada ¿qué más quieres? ¡es un chollo! La gente te da besos, ahora no, pero vivimos en un mundo muy chulo de mucho cariño, mucho amor. La gente quiere vivir bien, disfrutar, como cualquier ser vivo. Vivir lo mejor posible y pasarlo bien. El grafismo ayuda a vivir bien.

 

Tipografía Javier Mariscal

 

¿Tienes predilección por alguna tipografía?

No me se ninguna tipografía… caja alta, caja baja, y cuando se caen hacia la derecha, ¿italiana?, supongo que por eso de la Torre de Pisa… no sé.

La dislexia me hace ver todo de otra forma. No te vas a pegar un tiro por eso, tienes que sacarle partido a lo que tienes, tirar para adelante, nuestros defectos hacerlos virtudes, y explotar al máximo lo que somos.

 

¿Has rechazado proyectos por no compartir valores o cuestiones de ética?

En este sentido siempre he tenido mucha suerte con los clientes que han querido trabajar conmigo. Sí que no trabajaría por ejemplo, para el sector automovilístico.

Hay campañas contra los fumadores por todas partes, y aunque entiendo que fumar hace daño, es una decisión mía… Soy consciente que me hago mal, pero sigue siendo una decisión personal que no hace mal a nadie más que a mí. Pero los coches contaminan, y matan a más personas que el tabaco, y sin embargo no veo campañas contra la contaminación que genera la producción y el propio uso de los vehículos, más bien al contrario. Es un producto insolidario.

 

De hecho, si algo bueno que podemos sacar de esta situación de confinamiento, es que puedes ir en bici por donde quieras, sin coches en la calle

Nuestra casa es el mundo, es muy pequeño, todos vivimos aquí, lo que le pasa a una planta, o a un mosquito, o a cualquier animal, la salud de una persona de otro país, es importante. Estamos súper interconectados, y empezamos a darnos cuenta de que tenemos una sola casa, y que necesitamos organizarnos a nivel global.

Lo de las naciones hace mucho tiempo que me molesta mucho, ¿todavía estamos así? Es muy importante que empecemos a trabajar y relacionarlos más. Ya se está haciendo, pero necesitamos repensar las relaciones a nivel global.

Y todo empieza por uno mismo, lo de reciclar no es una tontería, tenemos que exigir, actuar. Si te piden una firma y estás a favor de la causa, ¡hazlo! Todo suma.

 

¿Cómo estás llevando esto del confinamiento y la pandemia?

El momento que estamos pasando ahora, es un momento mágico, de incertidumbre, que no se sabe lo que va a pasar, ¿qué está pasando? Parece una película, rompe con lo cotidiano, te das cuenta lo importante de la salud y la fragilidad del sistema.

Yo estuve en la UCI hace años, y cuando salí de allí sentí eso de querer besar y abrazar a las personas que me cuidaron, los médicos, las enfermeras, y hasta las personas que no me atendieron directamente. Porque lo que hacen estas personas es vocacional. ¿Cómo te levantas a las 5 de la mañana para coger un autobús, ir a trabajar por un sueldo bajísimo… y llegar con una sonrisa, con una vitalidad, con ese amor por la vida? Solo lo puedes hacer porque amas lo que haces.

 

¿Qué le recomendaría Javier Mariscal a los profesionales creativos de hoy en día?

Que sean ellos mismos, que les paguen por divertirse, que nunca pierdan la curiosidad, que respiren hondo, que antes de comprar algo ¡piensen! Por qué ir a comprar un tarro de café al Corte Inglés, cuando lo puedes comprar en la tienda de abajo de tu casa. Andar más en bicicleta, ¡respirar!

Piensa si lo que quieres comprar lo necesitas de verdad… Agradece, ¡somos unos enchufados! ¡Vivimos muy bien! Estamos vivos, que es lo más importante, ¡vive la vida!

No te estructures, no pienses que tienes que generar cosas, no te explotes a ti mismo, si eres tu mismo al final destacarás con algo muy chulo, porque tu visión de tu vida siempre será muy enriquecedora para los demás. Es lo que me fascina cuando conozco a alguien, el cómo vive, cómo ve la vida…

Desde que nacemos nos reinventamos todos los días. Antiguamente nuestros padres y abuelos estudiaban medicina y morían como médicos, o entraban en una empresa y trabajaban toda tu vida en esa empresa. Ahora puedes estudiar una cosa y dedicarte a otra. Puedes ser lo que quieras.

 

 

Como buen valenciano que eres: ¿Dónde te has comido la mejor paella en Barcelona?

En La Cantina, en Palo Alto. ¡Hay una cocinera que se llama Ana que cocina muy bien! Hace lo que llamamos la Paella Tradicional Valenciana.

 

 

Sobre el autor/a

Redacción Blanc!

“No trates de doblar la cuchara. Es imposible. En lugar de hacerlo, solo intenta darte cuenta de la verdad… No hay cuchara. Entonces, verás que no es la cuchara lo que se dobla, te doblas tú”

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