19—21 Oct. 2023
Vilanova i la Geltrú - Barcelona

Josep Maria Mir es una figura muy importante del imaginario colectivo del sector del diseño. Ha vivido la transición desde los comienzos de la profesión hasta el diseño gráfico más actual. Ha sido alumno de maestros, como Enric Huguet y profesor de grandes diseñadores de la actualidad.

Figura privilegiada que ha vivido la época dorada del diseño gráfico.

Raúl Ramos lo entrevista en un “vermut virtual” en nuestra cuenta de instagram. Puedes ver la entrevista o leerte el resumen en este artículo.

 

 

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Hablamos de diseño y de la vida con Josep Maria Mir de Summa Branding. Estrenamos una nueva sección, a medio camino entre conversación y entrevista.

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¿Eran tiempos mejores los 70’s para el diseño gráfico?

No lo creo, era tan duro y difícil como lo es ahora. Quizás es que hoy en día, cuando miramos hacia atrás, lo vemos más romántico, pero al final era una lucha por ganarse la vida, como ahora.
Era un trabajo que estaba comenzando a ser algo. Y una prueba de ello es algo que me pasó en una ocasión en que tenía que renovar el pasaporte. Después de rellenar y entregar la solicitud, al cabo de un tiempo volví a recogerlo y me notificaron que mi pasaporte había sido intervenido por petición del juez por “profesión sospechosa”. En el campo “Profesión” había puesto “Diseñador Gráfico”

En aquél entonces las cosas estaban empezando, y era mucho más duro de lo que es ahora. Se podría hablar de una época dorada, que era más auténtico y bonito, pero no era más que un trabajo, una profesión más. Era toda una aventura… todo tiene su momento.

 

En el año 1979 visitas el estudio de Milton Glaser en NY, junto a un grupo de diseñadores, ¿cómo fue ese encuentro?

En aquel entonces, formaba parte de la junta del ADG-FAD y nos dio por organizar un viaje a NY. Se hizo una convocatoria y se apuntaron más de 500 personas. En aquel entonces muy pocos habían viajado a NY, y el dólar nos era favorable, así que era un buen momento para hacer el viaje. Tuvimos que fletar varios aviones.
Era la época del I Love NY, y con Milton Glaser tuvimos una buena relación, que se perpetuó con algunas visitas más a Barcelona.

 

¿Cuál es el color favorito de Josep Maria Mir?

Muchos hubieran presagiado que la respuesta a esta pregunta sería el negro, pero no, es el azul. Aunque en diseño gráfico, si algo funciona en negro, también funciona color.

 

En Blanc! 2019 se encontraron Josep Maria Mir y Oscar Mariné. Tu con una exposición sobre tu trabajo a lo largo de más de tres décadas, y Oscar con una conferencia en Blanc! ¿cómo fue ese encuentro?

Coincidimos en el festival después de varias décadas intentando quedar. Si no era uno era el otro que al final no podía. Incluso conocí personalmente antes a su hijo, Pablo Mariné, que a Mariné padre. Fue un buen momento.

 

Josep Maria Mir con Oscar Mariné

 

El diseñador suele ser una persona bastante social ¿cómo ves el futuro después de esta “nueva normalidad”?

Se hace difícil imaginar una situación así. Solo el hecho de ir con mascarilla te hace recordar en todo momento que no estamos bien. En Blanc! por ejemplo, cuesta imaginarlo sin personas. Blanc! es ante todo las personas… y luego está esto de la “nueva normalidad”, que para mi es un disparate. Es más bien una “Sub-normalidad” que está por debajo de la “normalidad”.

El diseñador es muy social, se ve en las asociaciones, en las escuelas, son profesionales muy sociales. Siempre he ido a comer o a tomar algo con la competencia… somos una competencia de amigos, y que elijan ellos, los clientes, con quién se quieren quedar.

 

Hablemos de la Barcelona que diseña ¿Barcelona vive de la Barcelona del Diseño del pasado?

Antes el foco estaba en Barcelona, pero ahora se están viendo grandes estudios en Madrid, Valencia y sobre todo en Murcia, donde lo tienen mucho más difícil al no haber tanta industria como en las grandes ciudades. Aunque es verdad que hoy en día se puede trabajar para todo el país y todo el mundo. Pero si es verdad que con un tejido empresarial más cercano es un poco más fácil.

 

¿Tienes un diseñador o una diseñadora de cabecera?

Profesionalmente hablando no he crecido admirando a otros diseñadores, porque en aquella época no teníamos un acceso fácil a esta información. Había proyectos que nos gustaban, pero no sabíamos quién los había hecho. Mis referentes quizás devengan de mi entorno, y es por eso que no distingo entre referentes a nivel personal o profesional. Mario Eskenazi, por ejemplo, además de ser un gran amigo, es un gran profesional cuyo trabajo admiro mucho.

 

¿De qué proyecto estás más orgulloso?

Siempre me he sentido contento con los proyectos que he realizado, pero la verdad es que no tengo un cariño especial por todo lo que he hecho. Disfruto del proceso, el durante, pero una vez acabado ya espero el siguiente encargo.
No miro los proyectos que he hecho, por lo que no tengo una nostalgia especial por ello. Sin embargo, sí que recuerdo buenos momentos mientras trabaja en ellos.
Y por lo general, los proyectos más bonitos eran aquellos en los que había una cierta complicidad con el cliente, más afinidad, donde todo fluye de una manera más natural y cercana.
Por eso también a veces se disfruta más con los proyectos pequeños que con los grandes. Con los pequeños no tendrás tantas críticas u opiniones encontradas, y son proyectos mas directos diseñador-cliente.

 

Si los diseñadores gráficos fuéramos una tribu, Josep Maria Mir sería un chamán, o un técnico si fuéramos un equipo de fútbol ¿Cómo ves el futuro de la profesión?

El inmediato está claro que si la economía no anda, tampoco andaremos nosotros. Si no hay encargo no hay proyecto, y por ende no hay trabajo. No depende de nosotros, es un problema global que poco podemos hacer para solucionarlo.

En cuanto a conceptos más filosóficos que económicos, diseñar siempre se ha diseñado igual, no veo diferencias estructurales o de pensamiento entre lo que hacíamos antes y lo que hacemos ahora. Sí que han cambiado las herramientas, eso es obvio, pero el pensamiento es el mismo.

La palabra “diseñador gráfico”, y sobre todo “diseñador”, se ha quedado pequeña. Caben demasiadas profesiones en ese nombre. Hace mucho firmaba como “designador” gráfico, jugando con el anglicismo “Design”. Muchos diseñadores gráficos hacen diferente cosas, y muchas cosas diferentes a las que yo hago.

En cuanto a los cambios que vienen, y vista la experiencia anterior en otras crisis, lo normal y lo inteligente es comportarse de otra manera, si algo no funciona hay que cambiarlo. La situación de las marcas es diferente. Ya no tienen consumidores, tienen audiencia, tienen que estar más cerca, con más canales, las maneras tradicionales han cambiado, y la situación actual no ha hecho más que precipitar y forzar este cambio.

 

Hablemos de formación en diseño. De tus clases en la época como docente han salido reconocidos diseñadores como Óscar Germade del estudio Solo, Tilman Solé, Pablo Juncadella o Marc Català de Mucho.

En eso sí que en tiempos pasados no tiene nada que ver con la situación actual, tengo cierta nostalgia de lo que era antes la formación a lo que es ahora. Hace años que estoy lejos de la práctica pedagógica y quizás me equivoque. Pero tengo un gran recuerdo en mi etapa de formador, y quizás eso me poluciona la perspectiva que tengo ahora.

 

¿Cuál crees que será la influencia del Covid-19 en el diseño?

Se notará sobre todo en cómo trabajan los equipos. No facilita nada la fluidez y la calidad en la comunicación entre el equipo de diseño, pero creo que no debería influir en nada más.

 

¿Que es para Josep Maria Mir un buen diseño?

No hay una verdad universal sobre el buen diseño y el mal diseño. Una de las virtudes de dar clases es que se plantea un problema y tienes 30 soluciones. Así te das cuenta que no hay una única solución, sino muchas. Luego dependiendo de cada uno, de sus experiencia, de la cultura visual, de su educación, te puedes inclinar por una u otra, pero no hay una verdad absoluta. ¿Cuando es lo bastante bueno? cuando uno esta diseñando tiene que ser un crítico despiadado hacia uno mismo. Si está o no está es una decisión del propio diseñador.

Por eso es bueno dejar dejar reposar un proyecto y retomarlo más tarde para verlo con otros ojos.

 

¿Cual es tu método de trabajo?

No tengo método… ni tengo método ni soy metodista. El diseño se produce en la cabeza, mi método es pensar, da igual la herramienta, porque antes de llegar a la herramienta tienes que pensar. Cuando tienes el problema en la cabeza, sin darte cuenta la cabeza sigue trabajando, y la respuesta llega cuando llega, en la ducha, en el taxi o en la mesa de trabajo.

 

¿Te guías mucho por la intuición?

La intuición es lo que ta va guiando por el camino a seguir. Las desiciones, por más racionales que parezcan, al final las acabas tomando por por pura intuición.

 

Tres fuentes favoritas

Me quedo con los clásicos, la Franklin, la Bodoni y la Venus, esta última cuesta un poco más de ver por ahí que las otras dos. Sobre todo la extended, antes se llamada “la ancha”, pero ahora mola más llamarlas “extended”
No me podría quedar solo con una. Siempre te conviene tener una serifa entre medias. Sólo con un palo seco me resulta poco… seco

 

¿Te atreverías a diseñar algo en cerámica?

¡Lo hice! Hace mucho tiempo, con Albert Isern, entramos en contacto con Camilo Jose Cela, a través del ADG-FAD, y nos dijo que tenía una idea para una vajilla, pero que teníamos que hacerla con Sargadelos. Y para más ponerlo más difícil, Isaac Díaz Pardo nos dijo que tenia que ser con gres, un material mucho más brusco, más áspero, y mucho más complicado que la porcelana. Se hicieron prototipos, se diseñaron máquinas para moldearla, pero allí quedo. De aquella época me quedo sobre todo de una frase de Cela, donde dice que “en diseño importa más lo que se borra que lo que se deja”

 

¿Existe un vínculo entre arquitectura y diseño gráfico?

Más que entre arquitectura y diseño, lo hay entre arquitectura y diseño editorial. En maquetación editorial juegas mucho con los blancos, que son lo que dan sentido a los llenos. En arquitectura pasa lo mismo, es el vacío espacial lo que da sentido a los espacios.

 

¿Una anécdota?

La del pasaporte ya es una anécdota en toda la regla, pero tengo una que me pasó en una visita al diseñador y artista Tadanori Yokoo, un referente a nivel mundial que trabajaba a medio camino entre Tokio y NY. Fuimos a verlo un día a su casa, hablamos y tomamos té, y en cierto momento nos saca un libro enorme que tenía dentro de un cesto de colores, y nos pidió que le hagamos un “dibujito” a modo de firma. Por lo que cogimos el libro y miramos la página anterior, para tener una idea de qué tipo de dibujo o firma teníamos que hacerle, y si hasta ese momento ya teníamos cierta presión por el hecho de estar a la altura, lo fue mucho más todavía al ver que habían sido John Lennon y Yoko Ono los firmantes de la página anterior. Hice un garabato con ganas de que se pareciese a algo… el apuro que pasamos en ese momento fue tremendo! Pero ahí está, después de la página de Lennon y Yoko Ono viene la de Josep Maria Mir.

 

¿A qué te hubieras dedicado si no hubieses sido diseñador gráfico?

Seguramente alguna cosa que tenga que ver con animales o la arqueología. Quizás porque desde pequeño el comportamiento de los animales me ha llamado mucho la atención. Las actitudes, el por qué se comportan de una manera u otra. La arqueología por eso de las huellas de la humanidad, cosas y seres que llevan millones de años muertas, tocar lo mismo que ha tocado alguien hace millones de años. Me parece una experiencia tremenda.

 

¿Tu película favorita?

En una ocasión cuando estuve en California visitando los estudios de Warner Bros. en Burbank, por el 82’ me llevaron por todos los decorados de películas que se estaban rodando, y me mostraron uno de una peli que, según dijeron, sería muy importante, Blade Runner. Y ahí quedo el tema cuando a posteriori, una vez estrenada la peli, me enteré a de que había estado en el decorado de una de mis películas favoritas. Una peli que todos los diseñadores deberían ver.

 

Y para acabar, un consejo de Josep Maria Mir para los diseñadores

El mejor consejo es que te guste mucho lo que haces. Es lo único que te salvará de bloqueos, dificultades, encontronazos que tengas, mucho interés en ello, sino te pegarás muchas bofetadas. Aunque te las vas a pegar igual, pero disfrutando de tu trabajo.

Sobre el autor/a

Redacción Blanc!

“No trates de doblar la cuchara. Es imposible. En lugar de hacerlo, solo intenta darte cuenta de la verdad… No hay cuchara. Entonces, verás que no es la cuchara lo que se dobla, te doblas tú”

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