19—21 Oct. 2023
Vilanova i la Geltrú - Barcelona

En este siglo XXI nuestro, el sector de la creación es un extenso paisaje de una complejidad estimulante con un gran abanico de técnicas, disciplinas, profesiones, colectivos y especialidades. Un terreno ilimitado para el pensamiento creativo y conceptual.
El que hace un tiempo era un espacio relativamente fácil de navegar, ahora es toda una industria que puede resultar agobiante y liberadora a la vez: un hecho paradójico que tienen que afrontar muchos diseñadores y diseñadoras.

Hoy en día observamos cómo los creadores combinan técnicas de todas las áreas para generar diseños híbridos, que desbancan tradiciones que se seguían ampliamente, como dedicarse a una única especialidad o no salir de un conjunto de reglas preestablecidas.
Sin duda, el campo de la tipografía es una área que también se ha sacudido, y que ha evolucionado hacia un terreno creativo espléndido y multidisciplinario gracias a la aproximación nómada al diseño que han adoptado profesionales como Marta Cerdà.

Marta es una creadora catalana con una trayectoria que la ha llevado de Barcelona a los Estados Unidos y los Países Bajos para volver (de forma definitiva esperamos) a la capital catalana.

 

 

¿Diseñadora de tipografía o como ilustradora?

 

Con la negativa a ser catalogada como diseñadora de tipografía o como ilustradora, esta exposición ofrece una visión más detallada de cómo Marta Cerdà ha hecho un inspirador recorrido creativo de la caligrafía a la ilustración.

Antes de estudiar diseño gráfico en Elisava, y de enfocar su carrera profesional hacia el diseño, Marta estudió Psicología, un camino breve pero significativo que ha influenciado en su manera de pensar. La devoción que siente por la tipografía surgió de las clases de caligrafía que cursaba como parte de sus estudios y durante los meses siguientes, que se transformaron en años y después en décadas, este amor por la tipografía fue creciendo gradualmente hasta convertirse en una constante que aparecía con fuerza en su trabajo comercial.

Otro impulso importante fue la habilidad de intercambiar ideas e inspirarse mutuamente con quién entonces era su compañero, Alex Trochut. Los dos compartían una gran pasión por la tipografía y el diseño gráfico que contribuyó a alimentar las carreras que iniciaban entonces como diseñadores. Mientras estudiaba en el Elisava, Marta también hizo varias prácticas que, junto con los estudios, le dieron la experiencia necesaria para conseguir su primer trabajo profesional en el sector. Después de trabajar en Toormix durante dos años y en Vasava un par más, ambos estudios situados en Barcelona, se embarcó en el siguiente capítulo de su carrera: trabajar como freelance.

Un momento clave antes de enfocar esta nueva etapa fue ganar la ADC Young Guns Award el 2008, un premio que la proyectó en el mundo “freelance” con una inyección de confianza de cara a trabajar por su cuenta y todavía más importante a la hora de buscar clientes.

 

Empezar de cero cada vez

 

En aquellos primeros años como diseñadora, vivir en diferentes lugares del mundo resultó muy enriquecedor, puesto que le dio la oportunidad de aproximarse a varias culturas del diseño y a las respectivas maneras de hacer, además de conocer mucha gente nueva y diversa por el camino. Pero el que todavía es más relevante es que nunca se acomodó y siempre se mantuvo inquieta.

Empezar de cero en cada ciudad quería decir tener que buscar cada vez nuevas oportunidades de negocio, todo un reto…
Trabajando en los Estados Unidos, por ejemplo, observó la pasión que tenían para crear trabajos muy expresivos, mientras que en Ámsterdam la influenció observar “el equilibrio perfecto entre la contención, por un lado, y la experimentación y la expresión, por la otra”.

A partir de estas influencias y culturas de todas partes, y de la pasión que ya tenía por la caligrafía, además de la aportación de las personas que formaban parte de su vida y los estudios con que había colaborado, el trabajo de Marta empezó a tomar forma y a desarrollarse y evolucionar con cada proyecto que abordaba.

Con esto quería evitar apostar por la ruta más transitada del diseño, y experimentar, en cambio, con ideas diferentes y más profundas para crear una solución única e irrepetible, una manera de hacer que adoptó a raíz de la lectura del libro “Non-lieux” (No-lugares), del antropólogo francés Marc Augé.

El enfoque de un diseñador nómada tiene más que ver con su actitud hacia el trabajo, en que la exploración es un elemento clave, igual que la reflexión y la capacidad de hacer autocrítica para después generar el proceso para llegar a soluciones imprevistas. Son personas que vagan y no se quedan en un solo lugar, que no diseñan de manera sistemática con un mismo estilo, independientemente del encargo. Al contrario, encaran los imprevistos, miran atrás y adelante a la vez, cambian constantemente, se nutren de un abanico diverso de influencias, técnicas, disciplinas y medios creativos, y elementos visuales de lugares donde han estado durante su vida, explorando sin miedo, sin limitaciones invisibles, con el anhelo de experimentar una relación diferente con sus procesos creativos.

 

 

Referentes e inspiraciones

 

Había un grupo de diseñadores con una visión como esta, PushPin Graphics, del cual formaba parte el infame Milton Glaser. Sus métodos, la manera como investigaban y exploraban el mundo del diseño, fueron una gran inspiración para Marta, la manera como recurrían al pasado para dar forma al presente, alimentándose de su conjunto de influencias y experiencias. Esta aproximación al diseño indica el camino para explicar cómo Marta difumina activamente los límites entre la tipografía y la ilustración en su trabajo, todo ello combinado con la pasión fundacional que ya sentía por la tipografía al inicio de su carrera y estudios.

La síntesis del trabajo profesional de Marta es un viaje cautivador y estimulante que merece la pena emprender. La gran variedad estilística fascina el espectador en cada proyecto, a medida que se nos revela una nueva manera o estilo de trabajar que no habíamos visto previamente en su trabajo. Es un espectáculo espléndido para nuestros ojos, y diciendo esto todavía nos quedamos cortos. En esta exposición, se puede explorar la trayectoria de Marta Cerdà a través de una gran variedad de técnicas de creación. Cada disciplina es un elemento esencial que va conformando todo el recorrido, y demuestra cómo cada práctica ha nutrido la siguiente, siempre con un motivo común: el deseo de expresarse.

Empezando por la influencia de la caligrafía, esta disciplina no solo proporciona una comprensión importante de la naturaleza de las letras, sino también el proceso con que se escriben y la manera en que se dibujan. Según señala Marta:

 

“La caligrafía está relacionada con la escritura del mismo modo que el “lettering” se relaciona con el dibujo. En mi trabajo, la relación más intrínseca que hay entre la ilustración y la tipografía habitualmente empezaba dibujando letras y no escribiéndolas”.

 

Una afirmación importante para el origen del concepto de “Type to Image”, presentado desde una perspectiva nómada y que repiensa de manera inteligente cómo nos aproximamos a las letras.

Encajando la tipografía y los efectos tipográficos visuales con esta flexibilidad, en su proceso creativo Marta Cerdà considera la tipografía como una hoja o un lienzo en blanco al cual se aplica uno u otro estilo caligráfico, que a su vez comunica una determinada impresión. Siempre le ha parecido que la tipografía puede funcionar como un esqueleto que cada diseñador personaliza con sus propios elementos. Se imagina estos elementos del diseño como capas de músculos, piel, ropa y finalmente personalidad y alma —hablando metafóricamente, está claro—, pero todo ello encaja en la manera de cómo Marta Cerdà respeta las letras no solo como sistemas de escritura sino también de imaginería.

 

 

Marta hace de la ilustración una herramienta muy valiosa que hace que la tipografía exista en un dimensión alternativa de la comunicación

 

Y no solo con el objetivo de comunicar el significado literal de las palabras, sino también como imagen.
Combinar la tipografía y la imagen para transmitir un mensaje es seguramente una de las fuerzas más potentes que hay. Todo ello se hace evidente observando su trabajo, que se adapta a la atención huidiza de nuestra era digital siendo clara y comunicativa, a la vez que cautiva nuestras emociones a través del color, la ilustración y la expresión, una estrategia muy potente.

Unas obras hechas con soluciones de diseño híbridas muy atractivas, que difuminan las fronteras entre disciplinas para crear nuevas formas que destacan por encima de todo el ruido.

Tenemos un gran aprecio por los diseñadores y diseñadoras como Marta Cerdà, que transitan este camino del nómada, evitan quedarse atrapados en su propia práctica y tienen la libertad de elegir y remover en qué disciplina quieren zambullirse, de proyecto en proyecto, sin ningún tipo de limitación. Hartos de categorías, de roles que encasillan, y de expectativas.

Quizás esto es solo el inicio, o quizás ya estamos inmersos en el que se abordará más adelante en la historia del diseño, una etapa en qué a los y las profesionales del diseño no se los definirá por el rol o la categoría que ocupan, sino que elegirán la vida del profesional nómada, que se pregunta constantemente por el paisaje creativo como un viajero interesado, que crece y evoluciona a medida que lo hace su entorno y sin normas que sean una losa para su creatividad.

 

 

Más información sobre la exposición, Type To Image.
Fotos de Marina Roca @roca.marina

Sobre el autor/a

Redacción Blanc!

“No trates de doblar la cuchara. Es imposible. En lugar de hacerlo, solo intenta darte cuenta de la verdad… No hay cuchara. Entonces, verás que no es la cuchara lo que se dobla, te doblas tú”

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