Paul Rand es considerado como el más eminente de los diseñadores gráficos de EE.UU, y posiblemente el hombre que ha tenido más influencia en el diseño de logos del siglo XX. Un diseñador gráfico adelantado a su época, que influenciado por el estilo alemán de publicidad Sachplakat y las obras de Gustav Jensen, importó los movimientos del arte vanguardista en Europa al diseño gráfico de Estados Unidos.
Seis décadas diseñando que dejaron huella en tres generaciones y una transformación de la industria de la gráfica publicitaria que conllevó la profesionalización de nuestra disciplina.
En la era de la tecnología y la información, sus lecciones, coo algunos de sus logos, siguen tan vigentes como entonces:
No te fíes de las tendencias
No puedes aspirar a la memorabilidad si tiras de tendencias, ya que pueden hacer que tus diseños parezcan poco auténticos. Pon el foco en lo que realmente importa: el mensaje y el impacto que quieres lograr.
Hay que saber decir «no»
A veces, decir «no» es la respuesta correcta. No todos los proyectos y oportunidades que nos llegan serán adecuados para nosotros, y es importante reconocer cuáles son los que se ajustan a nuestros objetivos y capacidades.
Pon atención en el detalle
Los pequeños detalles pueden marcar una gran diferencia en el resultado final. Ya sea la elección de la fuente, el color o la alineación, cada detalle cuenta. La excelencia está en los detalles.
Sáltate los convencionalismos
En un mundo lleno de convencionalismos, es importante experimentar con nuevas ideas y salirse del statu quo. Piensa fuera de la caja y atrévete a crear cosas nuevas.
Piensa en la inteligencia de tu lector
La audiencia a la que te diriges es lo más importante, no el diseño que hagas. Este último debe responder a los objetivos de comunicación de la manera más clara y creativa posible. Hazlos pensar y te lo agradecerán.
Inspírate en los mejores
Observa el trabajo de otros diseñadores y diseñadoras que admiras. Inspírate en su enfoque y estilo, pero asegúrate de agregar tu toque personal y único. No copies, pero aprende de los mejores.
Trabaja en lo que amas, aún por menos dinero
El dinero no siempre es lo más importante. Si trabajas en algo que realmente te apasiona, se reflejará en tu trabajo. Haz lo que amas y la calidad de tu trabajo hablará por sí sola.
Tu prioridad es comunicar, no hagas piezas de museo
No te obsesiones con la perfección y la estética. Asegúrate de que tus diseños comuniquen de manera efectiva tu mensaje. No pierdas de vista tu objetivo principal: comunicar.
Sé concreto
Un diseño con un mensaje claro es más efectivo que uno que es confuso y ambiguo. Y la misma ley se aplica al trabajo, nunca trabajamos solos, desde los colaboradores a los clientes o el equipo, necesitan que seamos claros y concisos.
No dejes escapar las buenas ideas
Las buenas ideas pueden aparecer en cualquier momento. No les importa si estás o no en horario laboral. Utiliza un sistema para poder atraparlas. En su época era una libreta y lápiz siempre encima. Hoy nos basta con enviarnos un audio a nosotros mismos.
En el mundo del diseño gráfico es importante ser creativo, innovador y, sobre todo, inteligente. No sigas ciegamente las tendencias y convencionalismos, en su lugar, enfócate en comunicar de manera efectiva tu mensaje y piensa en la inteligencia de tu audiencia. Trabaja en lo que amas, presta atención a los detalles y no tengas miedo de experimentar con nuevas ideas. Inspírate en los mejores, pero no copies, y recuerda que la claridad es clave en el diseño gráfico efectivo. Finalmente, no dejes escapar las buenas ideas y asegúrate de registrarlas en un lugar accesible. Siguiendo estos consejos, los diseñadores gráficos pueden crear diseños espectaculares y marcar la diferencia en un mundo visualmente saturado.