Hace unos meses que en el gremio de diseñadores gráficos se empieza a rumorear sobre una crisis sectorial. Todos sabemos que nuestro trabajo, como el de la mayoría de profesiones del ámbito cultural, siempre está en crisis. A la nuestra, además se le suma otra de más recurrente y endémica: La crisis creativa. Los diseñadores gráficos nacimos con un don, ¿estamos de acuerdo? ¿o a caso hay algo que aún te haga pensar que tú no puedes ser creativo? ¿Eres de los que creen que solo existen unos pocos elegidos capaces de pensar de una forma nueva, imaginativa o disruptiva? ¿El creativo nace o se hace?.
El oficio de diseñador gráfico requiere en su desempeño una buena dosis de creatividad, no en todas sus facetas, pero los que nos dedicamos a la comunicación visual sabemos muy bien que sin un buen concepto creativo, pocas veces consigues desarrollar un discurso comunicativo capaz de atrapar y seducir a nuestra audiencia.
Diseñar, sí, pero pensar conceptos creativos no es lo mío. Repito lo mismo que todos, cuando más investigo, más cuenta me doy que todos los diseñadores hacemos lo mismo. Me siento desesperado crear lenguajes nuevos y no logro conseguirlo. Me siento encorsetado con el branding. Quiero dejar claro que ningún diseñador gráfico nace, es cierto que es indispensable tener una buena formación, habilidad, sensibilidad y capacidad creativa, pero para ser un buen diseñador lo que necesitas es un método. Un proceso de trabajo disciplinado que te permita dar con ideas y lenguajes de comunicación gráfica nuevos, imaginativos y sobretodo adecuados al encargo profesional que atiendes.
La verdadera crisis creativa
Dicen los gurús populistas al estilo ranciopesimista de Santiago Niño Becerra que se avecina una crisis pospandémica sin precedentes, otros, más optimistas, como el psicólogo Steven Pinker, auguran que volverá la fiesta de la felicidad y el descontrol de los locos años veinte, alimentada por la infame inyección de capital que recibirán los de siempre, multinacionales, bancos y amiguetes del gobierno.
Personalmente me considero un optimista de nivel profesional, lo que coloquialmente llamamos un tonto. Sin duda, me quedo con el vaso lleno y rebosante, a pesar de todo, considero que la verdadera crisis existencial de nuestra profesión es la creativa. En el año 2008, adn studio junto con miles de otras pequeñas agencias de comunicación fuimos golpeados por una de las crisis más galopantes que la historia reciente que spañistan recuerda, “con permiso del brillante, Aleix Saló”. Salimos como pudimos, pero nada me tuvo tan paralizado como la incerteza.
En la pared del estudio teníamos un retrato de Albert Einstein, con un mensaje que decía algo así “La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche”. Si bien es cierto que la angustia que produce presión de los timing justitos, es un magnífico estimulante para la inspiración y avanzar con proyectos imposibles, sin duda, contrariando a nuestro querido genio universal, Albert, considero que las emociones negativas, como pueden ser el miedo, paralizan el talento y la inspiración de cualquier creativo. No sabemos qué augura el futuro, pero quiero insuflar esperanza. Obtenemos lo que proyectamos, ni más ni menos, nuestro pensamiento positivo es lo que nos dará la fuerza para salir adelante. Ayer, hoy y siempre.
Creatividad en crisis, ¿arte o diseño?
Detrás de una creatividad, que probablemente conseguirá que la marca que la encarga genere miles de euros en ventas, siempre hay un profesional creativo que, antes de sentarse a pensar, ha analizado a fondo cuál es el propósito de la marca.
La creatividad en publicidad no responde a las musas, sí a un encargo profesional. Si cruzamos esta barrera, la del objetivo de comunicación, ya no es diseño gráfico, es arte. Ambos universos comparten patrones y métodos, el del diseño gráfico es el de alcanzar un objetivo de comunicación, el del arte, transmitir un pensamiento, una emoción, apelar a nuestros sentimientos o golpear nuestros pensamientos y sentidos.
¿Crisis? ¿Qué crisis?
Los mensajes de comunicación que nos impactan constantemente, los percibimos cada uno de nosotros de distinta manera. En nuestra mente tenemos una versión particular del mundo que nos rodea. Esta realidad que como comunicadores tenemos que tener siempre presente cuando emprendemos un encargo, es también la que nos puede llevar a entrar en crisis creativa.
Está claro que en la vida siempre hay momentos difíciles, controlar las emociones negativas es fundamental, para ello es necesario mantener un pensamiento positivo. Como se suele decir, si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo. Por eso, para superar cualquier crisis, seguramente tendrás que romper con tus paradigmas y la creatividad es una herramienta excelente para superar tus barreras infundadas.
Las limitaciones que nos impone un briefing son muy similares a les que nos imponemos los propios diseñadores cuando afrontamos un proyecto de comunicación gráfica. No hay límites, el limite es tu cerebro y sus limitaciones. Rompe tu zona de confort y empieza a pensar de forma distinta, solo así serás capaz de crear lo que te propongas.