Nuestros amigos de Maba, ganadores de la primera edición del Premio Crema, son el único estudio español nominado a People´s Choice en Pentawards.
Como otros años, Pentawards nomina 10 de los diseños participantes para ser votados por el público. Aquel que mas likes acumule en la cuenta Instagram de Pentawards hasta el 20 de septiembre se alzará con el galardón popular. Entre los nominados se encuentran diseños de estudios como Design Bridge para Cadbury, o Servaire & Co para Dyptique.
Si quieres ayudar a Maba con tu voto, puedes hacerlo desde este enlace. Pero primero te recomendamos que leas este artículo hasta el final, pues descubrirás un trabajo de packaging exquisito.
El estudio
Maba es un estudio de diseño ubicado en Murcia, desde donde trabaja para hacerse un hueco en el panorama de las marcas de consumo. Los flamantes ganadores de la primera edición del Premio Crema se definen como versátiles:
“Intentamos ser honestos con las necesidades reales de cada proyecto. Nunca imponemos nuestra personalidad o estilo, solo tratamos de que lo que hacemos sea pertinente, notorio y en definitiva una buena solución. El trabajo debe representar y posicionar adecuadamente al producto y al cliente que hay detrás, no a nosotros. Esta forma de entender nuestro negocio es retadora, divertida y las más interesante para nosotros. Cada proyecto debe entenderse como nuevo y fresco. No se aplica una fórmula, se trata de conocer a las personas, de intimar con ellas y descubrir qué es lo que realmente necesitan”.
Códice en los Pentawards
El trabajo con empresas tradicionales les resulta especialmente emocionante, la tradición o el clasicismo no tienen porque ser sinónimo de aburrido o blando. Los diseños clásicos nos enseñan mundos expresivos llenos de narrativas y picarescas.
Los libros iluminados han servido de inspiración para este diseño. En el universo de Códice interesaba especialmente el uso imponente de tipografía e ilustración a partes iguales. Ninguna de ellas estaba por encima de la otra sino que se acompañan y dialogan mutuamente para dar vida a una historia que se descubre por partes.
Las letras capitulares nos permiten construir la etiqueta basada en relieves esculpidos sobre el papel y forman el tejido que cubre la botella. Un acabado delicado para una identidad llena de fuerza y arraigo.
La botella en sí misma es interesante, pero el diseño se centra firmemente en la historia por contar. Cuando una bodega tiene 150 años en sus espaldas, reconocer el valor que esto aporta y actualizarlo de forma apropiada es conmovedor.
Trabajaron en una edición especial en la que el papel de un códice cubre la botella narrando la vendimia de estilo tradicional que practica la bodega desde hace generaciones, rodeada de los símbolos que acompañan a la familia. El sellado del papel que la cubre con ceras, que habitualmente se usan para cerrar el corcho y que en este caso tienen otra función, aporta un detalle adicional en la relación con este packaging.
Maba están convencidos de que esta era la manera correcta de renovar la marca, desde el respeto y la tradición, mediante un ritual con el que interactuar, descubrir, formar parte… Añadir valor.