Después de cuestionar la narrativa americana sobre el éxito y la fama en artículos previos, vamos a otro tema que en los últimos años ha sonado y resonado en tonos épicos y míticos: el emprendimiento.
La pirámide de Maslow
Aviso a navegantes: me voy a poner muy básica. Con básica quiero decir que los sapiens, como el resto de especies del planeta, necesitamos cubrir unas necesidades primarias. Ya lo apuntaba el psicólogo Abraham Maslow con su pirámide de necesidades. En la casilla de salida, nuestra especie necesita cubrir las necesidades de alimentación, descanso y cierta protección corporal (vestimenta y/o un lugar a cubierto de las inclemencias temporales). Para ello, y en cuanto nos establecimos en aldeas agrícolas y ganaderas, se desarrollaron mecanismos de intercambio de bienes. Como el trueque. Así que desde hace miles de años, para cubrir esas necesidades básicas, sapiens se ha tenido que buscar la vida y emprender para llenar el estómago.
Según cuenta el historiador Yuval Harari en Sapiens, una breve historia de la humanidad, la escritura apareció de la mano de los sumerios por una necesidad logística: la de manejar la información ingente creciente, a medida que aumentaban el número de habitantes de sus ciudades. La incipiente escritura, una especie de infografía que resumía simbólicamente varios conceptos, servía para, por ejemplo, saber qué tipo de cosechas y en qué cantidades tenían almacenadas o qué había entrado y qué salido de los almacenes. De eso hace apenas unos 3.500 años aproximadamente.
Lo del problem solving se llama en biología capacidad de adaptación. Y hasta día de hoy en eso los sapiens hemos sido excelentes. Pero no nos engañemos ni lo adornemos tanto. Detrás de la importancia de resolver problemas para adaptarse a las cosas del directo, se encuentra una de esas necesidades básicas: comer. El estómago apremia. ¿A quién no le ha pasado que si no come se pone de mal humor, agresivo o tiene una bajada de tensión? Es la fisiología, amigo.
Así que lo de emprender viene de lejos y viene motivado por la búsqueda de alimento (o de descanso, salud o protección), por un lado, y en la otra cara de la misma moneda, para evitar el dolor del estómago vacío. El motor del problem solving es el de revertir los distintos sufrimientos o dolores por el que seguro que nuestros ancestros (y también muchos contemporáneos) pasaron. Los cazadores-recolectores se podían morir por una herida infectada que ningún canto animista salvaba. En el siglo XIX, era habitual que los niños murieran antes de los 5 años; la esperanza de vida se situaba por debajo de los 40. Esas pérdidas de personas (anónimas para nosotros) debieron causar tristeza, desazón, angustia, dolor a aquellos (anónimos) que les conocieron. De ahí, de esos dolores humanos, nace cualquier invento: la rueda, la escritura, la canalización del agua, la imprenta, la luz, la medicina… Incluso las religiones son corpus de creencias y valores para poder dar sentido a la vida y sus penurias.
El libro negro del emprendedor
Soy docente de la asignatura Gestión del diseño en una escuela de Barcelona. Intento acercar el mundo de la empresa y el lenguaje económico a los futuros profesionales. Les hago leer algunos libros y el primero de todos es del economista (y emprendedor) Fernando Trías de Bes.
Trías de Bes parte de una premisa muy interesante en “El libro negro del emprendedor. No digas que nunca te lo advirtieron” (2007). ¿Cómo es que nos llenamos la boca analizando casos de éxito si resulta que solo 1 de cada 4 de los negocios que abren cada año acaban perviviendo a medio o largo plazo? Así que, a partir de su propia experiencia y la de otros a los que entrevista, recoge algunos errores comunes en la tarea (¿casi titánica?) de emprender. No voy a desvelar todos los entresijos que relata. Mejor leerlo, sobre todo si quieres emprender. Pero sí recuerdo que dice cosas como que una de las ideas para emprender, o lo que podemos llamar uno de los motivos lamentables, es que quieras librarte de tener un jefe o porque quieres ganar mucho dinero.
Luego insiste reiteradamente que mejor emprender sin socios. Apunta que muchas personas buscan asociarse por miedo: miedo a hacerlo solos. Y ese parece otro motivo lamentable. Porque claro, no es lo mismo tomar un café y contarte la vida, que trabajar codo con codo con una o varias personas. Es complicado, muy complicado, encontrar una pareja de baile profesional. Él sostiene que precisamente porque va a ser complicado y vais a chocar mucho, si te asocias que sea con personas con las que compartas los mismos valores. Él lo pone de este modo: “¿Con quién se metería en un submarino para dar la vuelta al mundo?”.
La pasión, ¿otra lamentable idea para emprender?
Otro concepto que se ha repetido hasta en la sopa en las ideas para emprender es hacerlo en algo que te apasione. Porque la pasión es el santo grial que te llevará al séptimo cielo y blablablá. La pasión funciona como gasolina inicial. Como en el amor. La pasión se acaba y se transforma (en amor) o se queda en una experiencia. Después de ELLA, el motor tiene que ser otro. Porque aquello que te apasiona tiene aspectos menos atractivos y también hay que contarlos. Que los sapiens tenemos este defectillo: tender a subliminar.
Que te guste mucho cocinar en tu casa y para tus amigos, no quiere decir que te vaya a gustar trabajar en la cocina de tu restaurante. ¿Estás preparado para los horarios del mundo de la restauración?, ¿estás preparado para el calor de la cocina, especialmente en verano?, ¿estás preparado para aprender los procesos necesarios para sacar varios platos de diversos comensales a la vez?, ¿sabes que tienes que tener en cuenta TODO LO OTRO: contratar a personal y lidiar con él, buscar proveedores, la calidad de lo que sirvas, el material adecuado para tu establecimiento, el trato con los clientes, todos los aspectos legales y técnicos de abrir un local, el pago de impuestos, hacer números, mantener unas condiciones de limpieza que pasaran una inspección sorpresa, dar a conocer tu local y oferta, etc.? No solo vas a estar pensando en nuevas recetas.
Dicho de otro modo, deja de idealizar y prepárate para trabajar arduamente. Como alguien dijo, que la inspiración te pille trabajando.
En realidad, crear un negocio propio implica, sobre todo, lidiar con la incertidumbre. Y eso es de algo de lo que no se habla o muy poco. Así que, en el próximo artículo la abordaremos. Stay tuned!